El origen del café sigue siendo un misterio. Algunos sitúan su origen en el siglo XIII, otros en el siglo IX, pero nadie lo tiene claro. Lo que sí está claro es la vinculación entre café y ajedrez.
Parece haber consenso en que el café proviene del continente africano. Etiopía se erige como el más probable origen del café. Desde allí se habría propagado a Egipto y Yemen. Y desde allí fue llevado a Arabia, donde por vez primera fue tostado y molido.
Puedes tomarte una buena taza de café en tu propia casa. Para ello deberás utilizar un buen café y una buena cafetera.
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Relación entre café y ajedrez
En el siglo XVI se había extendido por el norte de África, Oriente Medio, Persia y Turquía. De allí viajó a Italia, extendiéndose por Europa y de ahí a América e Indonesia.
En el siglo XVII comenzó la historia de su auge en Inglaterra, donde empezó a ser muy consumido. Fue entonces cuando comenzaron las primeras cafeterías en Londres y Oxford.
Las cafeterías impulsaron las reuniones sociales, siendo frecuentadas por intelectuales, filósofos y abogados. En ellas se gestaron las ideas liberales de la época.
Como no podía ser menos, el ajedrez tuvo mucho auge en los cafés. En el siglo XVIII no había clubes de ajedrez, y los jugadores aficionados acudían a los cafés para jugar sus partidas.
El café de la Régence de París
Café y ajedrez tuvieron su cita en famosos cafés, como el café La Régence de París, que frecuentaba Philidor. El nombre de este café está ligado a figuras históricas aficionadas al ajedrez, como Napoleón, Franklin, Diderot, Montesquieu, Robespierre, Rousseau, Voltaire, Lesage, Balzac, Víctor Hugo… Este café fue incluido en muchos libros debido a su fama.
Por el Café de la Régence desfilaron los mejores maestros del mundo del ajedrez de cada época. Allí jugaron ajedrecistas como Kermur Sire de Légal, el mejor jugador francés de su tiempo, un jugador de ataque muy combinativo y que pasó a la historia por el Mate de Legal.
François-André Danican Philidor, discípulo de Légal, frecuentaba el local en el que se podían ver numerosas partidas entre ambos. El discípulo sobrepasó al maestro considerándose a Philidor el jugador más fuerte del mundo de su época. Conseguía ganar a Légal dándole un caballo de ventaja.
Este templo del ajedrez también recibió las visitas de Louis-Charles Mahé de La Bourdonnais, Pierre-Charles Fournier de Saint-Amant, Jules Arnous de Rivière, Samuel Rosenthal, Daniel Harrwitz o David Janowsky. Todos ellos nombres conocidos del mundo del ajedrez.
Lionel Adalbert Bagration Felix Kieseritzky, uno de los mejores maestros franceses, daba clases personales en el café, por 5 francos la hora. Kieseritzky tuvo el honor de ser inmortalizado por Adolf Anderssen en una partida amistosa que ha sido nombrada como «La Inmortal«.
En el Café de la Régence también jugó Lebreton Deschapelles y su alumno Laburdonnais, que fue campeón de Francia.
Este legendario Café de París fue el escenario del match de 1858, entre el alemán Adolf Anderssen y el estadounidense Paul Charles Morphy, con victoria de este último. Morphy también dio unas simultáneas a la ciega. Frente a él jugaron 8 rivales, con el resultado de seis victorias para Morphy y dos tablas.
Ya en el siglo XX, a este Café seguían acudiendo los aficionados al ajedrez. Por allí pasaron figuras de talla mundial como Alekhine, Lasker, Capablanca o Steinitz, hasta que en 1916, ya convertido en restaurante, se dejó de jugar al ajedrez en él.
Café y ajedrez están íntimamente ligados, ya sea en un establecimiento hostelero, en un club de ajedrez o en el calor del hogar.